Nada sobre la Tierra puede parar al hombre que posee la fuerza mental para lograr sus metas (Marioni 78)
Lo importante no es llegar, lo importante es el camino (IceMan)
”No lo intentes. Hazlo, o no lo hagas, pero no lo intentes.” (La Central de Abastos)

21 enero 2008

Ascensión al Joar

Tomás, Félix, Miguel, Laura, Susana, Juan Carlos, Mateo, Lola, Antonio, Pablo, Elías y Marga.

Kms: 6,68 Tiempo: 3.02 horas

Son las ocho menos cuarto, Félix pasa a recogerme para ir a nuestro punto de encuentro, el aparcamiento de Media Mark. Poco a poco vamos llegando y a las ocho y cuarto iniciamos la aventura de hoy. Nuestra idea en subir al monte Joar andando, si, hoy hemos cambiado nuestras bicis por las botas de monte, el bastón y la mochila como complemento al pedaleo.
Medía hora más tarde llegamos al Santuario de Codés, dejamos los coches en la explanada y preparamos cuidadosamente nuestros equipos pues practicar el trecking no es como el ciclismo, las botas por ejemplo, a diferencia de las cámaras, no son intercambiables, las distancias también se hacen más largas pues en la bici vas a más velocidad pero andando te das cuenta de lo que te rodea.

A las nueve, con el sol saliendo, el cielo totalmente despejado y con frío, 1º C, iniciamos el ascenso. La senda es ancha, el suelo helado, la mirada puesta en la pared vertical que está encima de nosotros. Un bosque de robles centenarios nos da paso al GR-1 que no dejaremos hasta la cima, El camino en el bosque nos permite ir a buena marcha, hablando, entre bromas. Con las fuerzas todavía intactas, dejamos el camino para comenzar una senda estrecha y recta de piedra movida con mucha pendiente, la vegetación se hace más dispersa y nosotros en fila india, manteniendo una distancia de seguridad pues los patinazos debido a la cantidad de piedra suelta son constantes.

En el collado de la Llana a 1207 mts. entre una aguja de piedra a la izquierda el monte La Plana a la derecha decidimos darnos un respiro para reponer fuerzas. El viento frio comienza a soplar y antes de quedarnos fríos decidimos seguir, Giramos a la izquierda por una serpenteante e inclinada senda que nos dejará en un bosque de desnudas hayas. Nos sorprende las huellas de bicis que nos encontramos, son ruedas anchas, aproximadamente unas 2.15, utilizadas para el descenso, pero que descenso, la gente debe estar “muy motivada”, como dice nuestro buen amigo Eduardo, para bajar por ahí. Este pequeño pero bonito bosque nos dejará en la pista que sube de Santa Cruz de Campezo y tras unos escasos ciento cincuenta metros llegamos a la cima. El viento sopla con fuerza lo que nos hace volver a ponernos las prendas de abrigo. Desde aquí las vistas son impresionantes. El día está sumamente claro lo que nos permite ver con claridad, la Sierra de La Demanda e incluso los Pirineos, los aerogeneradores, que entre ellos hemos andado tantas veces, ahora los tenemos debajo, el León Dormido no parece tal. Nuestra vista trasmite al cerebro todo el encanto que nos rodea olvidándonos así del cansancio de la subida, 1417 mts. y una hora y media de subida, la mitad del objetivo cumplido.

Tanto disfrute para los sentidos nos abre el apetito así que decidimos almorzar, de nuestras mochilas sacamos las viandas, queso, surtido de ibéricos, pan y una bota de buen vino, cortesía de Antonio.

Una vez saciado el apetito iniciamos la peligrosa bajada por los postes eléctricos, una senda poco marcada que nos dejará en el bosque de hayedos, de aquí al collado donde nos quitamos la ropa de abrigo e iniciamos la bajada. Ahora vemos la puntiaguda aguja a la derecha. Nos sorprende un ejército de chicos/as que sube y que nos hace parar en más de una ocasión. Dejamos la senda y nos adentramos otra vez en el primer bosque que nos dejará, después de una hora y veinte minutos, en las hayas centenarias donde comenzamos la ascensión. Foto de grupo, vuelta turística por el Monasterio, mesa redonda con los comentarios de la ruta, unas cañas en el bar y vuelta a casa, cansados y contentos por los deberes bien hechos.

El próximo fin de semana lo haremos en nuestro entorno natural, la bici
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