Dehesa de Daroca

Kilómetros: 40.82

Acumulado Grupo año: 1282,13

Perfil:

IBP: 77

Dificultad: **

Crónica por Félix (Cervantes).

Tomas, David, Fernando, Elias, Felix

En primer lugar dar la bienvenida a David, que hoy se ha sumado a nosotros.
La mañana ideal para andar en bici, 15º C.
Quedamos como siempre a las 9:00 en la rotonda de la "ñ" junto al hotel.
Hoy somos 5 en el grupo.

Salimos hacia Navarrete siguiendo el Camino de Santiago, descubriendo que el número de peregrinos ha mermado considerablemente dada la fecha en la que nos encontramos.
Pasamos el parque de La Grajera y comenzamos la subida hacia el alto del mismo nombre a ritmo contenido pero sin dormirnos y conversando ( así parece que no subes).

Después de Navarrete nos dejamos llevar por El Camino hasta que enlazamos con el que nos lleva a Hornos de Moncalvillo, donde paramos en el pilón de la entrada del pueblo para calmar la sed.

Desde aquí a Daroca vamos por la carretera, el ritmo es bueno y la conversación amena y fluida.
Una vez pasada la marquesina del autobús, y entre bromas, giramos a la derecha por un camino que poco a poco, después del paso canadiense, nos enseña las maravillas que hace el otoño en el bosque, y donde las conversaciones se vuelven en silencio para que cada uno respire como pueda ante la dureza de las pendientes que se nos echan encima, algún tramo con el 22%. Son 2 Km. duros de buen piso, aunque algo suelto al principio, pero realmente bonito.

Llegamos a un cruce de caminos, donde paramos a comentar la subida después de recuperar la respiración normal, mientras un motorista sube por el mismo camino que tanto exige a los bikers, con una facilidad pasmosa.
Después de recuperar el aliento, enfilamos el camino a la izquierda, pero esta vez hacia abajo. Bajada rápida, pero con precaución, ya que hay piedras clavadas en el suelo, con las que se corre el peligro de llantazos no deseados.

Con este descenso llegamos a Sojuela, donde hacemos un alto en la fuente, con foto del grupo de rigor.
Seguimos por el camino hacia Entrena, disfrutando de la variedad de colores que ofrece el campo en estas fechas, y de aquí hacia el monte de la Pila, donde la cadena de la bici de Fernando decide prescindir de dos de sus eslabones (se nota donde hay piernas fuertes).

Llegamos a Logroño, donde el cuerpo demanda una merecida ducha.
Un saludo a los que han faltado por uno u otro motivo. Que recuperes pronto Agustín.


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