Este año porque asi lo decidimos corremos la hermana
pequeña de la Quebrantahuesos, la Treparriscos que no por pequeña es fácil. A
diferencia de hace dos años, que la presión de hacer 205 kms. no me dejo
dornmir, cenamos y dormimos a pierna suelta en Sallent de Gallego .Fueron 85
kilómetros salpicados de paisaje, camaradería, diversión y una pizca de
competitividad, que nunca se pierde por muchos años que pasen.
El 22 de junio, en Sabiñánigo, nos encontramos 11.000
corredores dispuestos, unos a hacer tiempos, los otros a acabar. En la salida
miradas cómplices y una sensación muy placentera de ver cómo no eres el único
que roba tiempo al tiempo que te falta, como sacrificas una cabezada en el sofá
por una vuelta al Canodromo,Vaya, no soy el único loco en esta historia, era un
pensamiento común y dar pedales en compañía siempre es más llevadero y el
ciclismo es agradecido.
La emoción por estar en el gran prueba del ciclismo y el
frío, unos 9 grados, hacen temblar al más tranquilo . Después de esperar a que
los más locos salieran hacia Somport, nos llega la hora y tomamos
direccion a Biescas. De Biescas a subir
el puerto de Cotefablo, mucha curva seguida que viene bien pues no re da tiempo
de pensar, solo mirar el cuenta kilometros para saber cuando coronar y pasar el
angosto tunel donde nos espera el primer avituallamiento. De ahí a Broto para
encarar el segundo avituallamiento y....
sorpresa!! un puertecito con unas
rampas del 8%, viento de cara y asfalto nuevo, se hace duro pero llevamos un
buen guia de la zona que nos va indicando tramo a tramo lo que nos queda.
Atravesamos un largo tunel, siempre subiendo que nos obliga casi a echar el
cortavientos. Ahora el pensamiento solo esta en la bajada hasta Sabiñánigo pero con la carrerera cortada. Os puedo asegurar
que goze muchisimo de la bajada, acortando curva, inclinando, sabiendo que no
existia peligro de frente. Pillamos buena rueda hasta Sabiñanigo haciendo
relevos cortos y alli estaba LA META.
Entrada al sprint hasta oír el pitido que hace el chip al cruzarla y larga frenada hasta encontrarnos con Pablo.
Después de un año de espera os aseguro que se hace corta pero la satisfacción
del trabajo hecho es brutal.
Nos cambiamos de ropa, comemos con ansia un bol de
fidegua con ternasco, una botella de agua, crema de chocolate y un yogur,
rodeados gente que esta tan cuerda como nosotros y para casita.
El año que viene tenemos asegurada la presencia en la
grande por lo que no serán las mismas sensaciones ni a la salida ni a la
llegada pero os puedo asegurar que con Pablo, Diego, Roberto, Alonso, la
terminaremos.......pero para eso debemos entrenar, salir en bici cuando los
demas estan descansando, pasar frio, robar tiempo a los amigos y familia, cosas que solamente
lo sabemos los que nos gusta dar pedales.... pero eso os lo contare el año que
viene en la QUEBRANTAHUESOS 2014.
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